viernes, 1 de marzo de 2013

Tiro reactivo defensivo, la naturaleza se impone.

Soy un ferviente defensor de que el Tirador de Precisión Militar, Sniper, Marksman o queramos denominarlo debe de ser un tirador integral, es decir debe de ser un tirador que se maneja con una gran soltura en el uso de todas sus armas, no solo en en el uso de fusil de precisión, sino tambien en su fusil de asalto y en el uso de su pistola. Por ello he leido un articulo recientemente sobre el tiro defensivo que me ha gustado y que comparto con vosotros, espero os guste. Buena caza.

Tiro reactivo defensivo.
Parece un tecnicismo o un pequeño galimatías. En realidad, es la forma en que se producen el 80 por ciento de los enfrentamientos armados entre agentes del orden y delincuentes. Lo habitual es que el delincuente, el malo según la jerga al uso, sorprenda al agente con su intención de agredirle. Al menos, en la inmensa mayoría de los casos en que un agente es herido o muerto, el ataque ha sido inesperado.

Si esto es así, las prácticas y los adiestramientos que ofrecen las administraciones a sus agentes en el uso de las armas de fuego, no sirven. Eso al menos opinan quienes defienden esta otra manera de enfrentarse a la realidad cotidiana en las calles. No les adiestran en el uso reactivo defensivo de sus instrumentos de trabajo. En situaciones de alto riesgo y, desde luego, sorpresivas, el instinto es el que gana la batalla con mucho. La pregunta clave que se hacen es: ¿se puede adiestrar el instinto?

Los pocos instructores de tiro que en España defienden la formación en tiro reactivo defensivo, opinan que sí, al menos en parte. La reacción fisiológica ante el peligro, fruto de miles de años de evolución de nuestra especie, es la que se va a sobreponer a cualquier otra en el momento de mayor peligro. Unos sentidos se anulan mientras otros se potencian. La sangre y el oxígeno acuden a las zonas que el organismo considera vitales en ese instante, sin que nosotros conscientemente podamos hacer nada para evitarlo. Por eso se convierte en esencial adiestrar a los agentes a reaccionar instintivamente de una determinada manera. Y eso solamente es posible si antes se ha reflexionado sobre ello y, desde luego, si se ha practicado como hacerlo.

El adiestramiento no asegura siempre un buen resultado. Nunca se pueden prever todas las circunstancias que van a producirse en un momento determinado ni todas las variables que un agresor y el entorno nos van a imponer de repente. Pero lo que es seguro es que si no hemos practicado la posición isósceles (la más natural para tiro a dos manos), el disparo con el arma pegada al cuerpo o el enfrentamiento a distancia cero, las posibilidades de salir airoso de una situación como esa son prácticamente nulas.

Una formación más pegada a la realidad

Cecilio Andrade, Javier Pecci y Ernesto Pérez, son algunos de los pocos en España que, como quien clama en el desierto, defienden a capa y espada una formación en tiro más pegada a lo que es más habitual encontrarse en la calle, donde tienen que apechugar los agentes del orden todos los días. Aunque ya había manifestado cierta inquietud con anterioridad, fue en 2005, tras leer "Manual de tiro táctico policial y de defensa", de Javier Pecci, cuando Ernesto se convence y cambia radicalmente su visión y su manera de enfrentarse a las acciones violentas. Un año antes, a través de internet y de su blog, Cecilio Andrade le había abierto los ojos.

Daniel García Alonso, presidente de la Asociación Profesional de Policías, en su Estudio sobre la reacción del policía ante el peligro y los enfrentamientos armados, resume con datos científicos la espontaneidad de las reacciones ante una amenaza real. El catedrático de Fisiología, Carlos Belmonte, opina de forma muy parecida.
Ernesto, que sobrevivió milagrosamente al ataque de un delincuente en plena calle, del que le han quedado graves secuelas, adiestra a policías, guardias civiles, militares y conciencia a miembros de la judicatura siempre que tiene oportunidad, en las técnicas de esta modalidad de tiro y defensa personales. Lo hace por convencimiento y porque a él, quiere creer, le salvó la vida. E intenta convencer a todo el que le quiera oír que en momentos de altísimo estrés y amenaza para la propia vida, es poco inteligente exigir determinadas reacciones contrarias a nuestra base genética, que se centran fundamentalmente en el inconsciente y los instintos. Y, por encima de todo, en sobrevivir al ataque.
Adiestrarse en una determinada manera de reaccionar ante lo imprevisto, además de adquirir una serie de hábitos que disminuyen los tiempos de reacción ante lo inesperado, es lo que Ernesto repite hasta la saciedad a sus compañeros y compañeras cuando le piden que les dedique largas sesiones en el campo. Habla más que dispara, explica y razona, expone y luego, al final, ejemplifica. Su máxima: que sus compañeros y compañeras salgan de sus clases algo más seguros de sí mismos. Y más conscientes de lo que se juegan sino esperan lo inesperado y actúan en consecuencia antes de que pase lo peor.

 
Ernesto es miembro de la Asociación Española de Instructores de Tiro, trabajó seis años en seguridad privada y es Policía Local desde hace doce años. Ha impartido conferencias y docencia en varios lugares de España. Colaborador habitual de revistas especializadas, es una autoridad en armas cortas y cartuchería. Ha publicado varios libros, uno sobre las policías de Gibraltar (Una mirada desde La “Verja”. Policías en La Roca 1830-2011) que va por su segunda edición y otro en formato digital (Con vocación de servicio) que pretende ser una guía de armas reglamentarias en las distintas organizaciones policiales de todo el mundo. Este último, en colaboración con Pedro Pablo Domínguez.


Fuente original:

http://papeldeperiodico.com/tiro-reactivo-defensivo-la-naturaleza-se-impone/

lunes, 4 de febrero de 2013

Chris Kyle, ha muerto. Respeto y admiración por un gran sniper.

Fue responsable de más de 150 muertes enemigas.
El exmilitar Chris Kyle, conocido como el francotirador más letal de la historia reciente de EEUU y responsable de más de 150 muertes, fue asesinado este sábado en un campo de tiro en Texas, según informaron el domingo las autoridades.
De 38 años, Kyle fue asesinado a tiros junto a otro hombre identificado como Chad Littlefield, de 35, en la tarde del sábado en un campo de tiro en Glen Rose, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Pública de Texas, informó la agencia Efe.
Hay un arrestado. La Policía arrestó poco después a Eddie Routh, de 25 años, como sospechoso de ambas muertes.
Kyle formó parte de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 insurgentes entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono, aunque él asegura que fueron más de 250.
Fue galardonado por su valentía, dejó la Marina en 2009 y escribió un libro, "American Sniper", en el que relata sus días como francotirador. En el libro, publicado el año pasado y que estuvo en la lista de los más vendidos del diario The New York Times, Kyle cuenta que los insurgentes iraquíes le pusieron de apodo "el diablo" y ofrecieron una recompensa por su cabeza.
El año pasado, en una entrevista con la revista Time, el exmilitar defendió su labor en Irak y argumentó que matar a insurgentes significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros.
"La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", dijo en esa entrevista.
De joven, Kyle fue vaquero en Texas y empezó a disparar desde niño cuando salía a cazar con su padre. Cuando dejó la Marina en 2009 fundó su propia empresa de formación militar.

El alguacil del condado de Erath Tommy Bryant no respondió de inmediato las llamadas telefónicas de The Associated Press a última hora del sábado y la madrugada del domingo en busca de más información. Una mujer que respondió el teléfono en la casa del guarda donde ocurrieron los hechos rechazó hacer declaraciones y remitió las llamadas a la oficina del alguacil. Los testigos dijeron a los investigadores del alguacil que un hombre armado le disparó a los hombres cerca de las 3:30 p.m. del sábado y huyó en una camioneta pickup perteneciente a una de las víctimas, según el Star-Telegram. Los periódicos comentaron que un hombre de 25 años fue detenido posteriormente en Lancaster, al sureste de Dallas, y que se espera que se le formulen cargos.
La Policía de Lancaster no respondió de inmediato las llamadas de The Associated Press buscando información sobre el caso. El motivo del tiroteo no esta claro.
El ex gobernador de Minnesota Jesse Ventura demandó a Kyle por una porción del libro en la que asevera que Kyle golpeó a Ventura durante una riña en un bar en 2006 por haber hecho comentarios antipatriotas. Ventura aseguró que nunca ocurrió tal golpe y que Kyle lo difamó.
Kyle había solicitado que se desecharan los reclamos de Ventura sobre invasión de privacidad y enriquecimiento injusto a expensas de otro, diciendo que no tenían sustento jurídico. Sin embargo, un juez federal dijo que la demanda debía seguir. Ambas partes fueron informadas que debían prepararse para ir a juicio el 1 de agosto.

miércoles, 4 de abril de 2012

In our sights – modern sniper technology


Interesante artículo, así podeis practicar vuestro inglés jejejeje.
Little compares with the clinical economy and accurate, discriminatory firepower of the sniper rifle. Dr Gareth Evans reports on how asymmetric warfare, fought in both open terrain and confined urban spaces, has brought new sniper technology to the fore.

According to US Department of Defense figures, during the war in Vietnam, on average troops expended a staggering 50,000 rounds of ammunition for each enemy death. US snipers, by stark contrast, fired a mere 1.3 per kill.

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A British soldier demonstrates the new L129A1 rifle. Used by some of the best shots in the infantry and firing a 7.62 round, it improves the long-range firepower available on the frontline.

Nearly 40 years on, in Afghanistan, as forces face asymmetric foes over wide expanses of open terrain, as well as in confined urban settings, where non-combatant civilians often form unwilling human shields, the sniper's value as a key battlefield asset has once again come to the fore.
At the same time, the unique demands of this challenging war-fighting environment have had a major impact on both the development and deployment of sniper equipment, particularly in terms of the fundamental tool for the job.

UK's Sniper System Improvement Programme

"Topped off with cutting edge, day and night / all weather sighting systems, in the right hands, the L115A3 makes a lethal weapon at ranges in excess of 1,100m."
The UK's £11m Sniper System Improvement Programme is possibly the most high profile example of this, providing British snipers with a comprehensive, cutting-edge equipment package which includes state-of-the-art sights, laser range finders and a new rifle - designated the L115A3.
Manufactured by Accuracy International and known commercially as the AWSM, the L115A3 long range rifle is a bolt-action weapon, chambered for the .338 Lapua Magnum (8.59x70mm) round and weighing in at 6.8kg - only slightly heavier than the UK's standard 7.62mm Nato-firing L96 sniper rifle.
Purpose designed for long range shooting, the selection of this calibre provides what arguably may be the optimum compromise between the relative lightness and manoeuvrability of rifles built around the 7.62 Nato cartridge and the enhanced range and stopping power of .50-calibre rounds.
Although it delivers less energy on impact than the larger .50 BMG (12.7×99mm Nato), with a muzzle velocity of 936m/s, the rifle's 8.59mm bullet shares a similar trajectory and resistance to deflection or wind drift, while easily outperforming the lighter 7.62 calibre's ballistics, particularly beyond 800 metres.
Topped off with cutting edge, day and night / all weather sighting systems, in the right hands, the L115A3 makes a lethal weapon at ranges in excess of 1,100m, and it seems, when fortune smiles on the sniper, it can perform considerably better even than that. The L115A3 was the weapon used by the Life Guards squadron's Corporal of Horse Craig Harrison to kill two Taliban machine-gunners with consecutive shots in Helmand province, at a confirmed distance of some 2,475 m - clinching the world record for long distance shooting in combat.

A ballistic compromise for close quarters combat

While weapons such as this dominate long range exchanges, where the combination of big-bore performance and a proficient shooter enforces a lengthy stand-off distance, precision shooting at closer quarters throws up a whole new set of often conflicting conditions and ballistic demands.
Within truly urban scenarios, for instance, sniper-fire cannot be allowed to over-penetrate for fear of collateral damage to innocent citizens within nearby buildings, which clearly rules out heavy calibres - but when the enemy must be engaged at intermediate ranges, the standard 5.56mm round may lack the necessary kinetic energy to be effective. The 7.62 Nato cartridge is the obvious compromise, but in this type of combat, it is not just a question of the ammunition. The rifle - and the rifleman too - needs to be different.

Rise of the designated marksman

In most of the world's armies, the sniper rifle is a bolt-action. Despite decades of development and huge improvements in reliability, semi-automatics have traditionally been viewed as less accurate and less dependable.
"Britain has recently introduced the L129A1 and the US now increasingly fields the M110 semi-automatic sniper system."
However, in a close fire-fight, where the opposition is using semi and fully automatic weapons, their speed of use more than compensates for these limitations and, most crucially, tends to help avoid getting your best sniper killed while he cycles the action for his next shot.
Two trends have emerged from this particular melting pot - a new breed of semi-automatic rifles, chambered for the 7.62 Nato round, which perform with near bolt-action accuracy to around 1,000 metres, but can also be used effectively in street fighting, and the rise of what the US calls the 'designated marksman'.
These soldiers - and their British 'sharpshooter' counterparts - are not full snipers in the conventional sense, but highly trained, crack-shot infantry soldiers, intended to bolster accurate, long-range firepower on the front line.
Several rifles are already in use. Britain has recently introduced the L129A1 and the US now increasingly fields the M110 semi-automatic sniper system in this role, while other forces have adopted the Heckler and Koch 417.
Although the details differ, the basic design spec remains essentially the same - a ten or 20 round magazine, versatile, all-condition sighting systems, 16 to 20 inch barrel and a range of lights, bipods and other available accessories, designed to help the sharpshooter meet the unique demands of the role.

Subsonic rifles - designed for urban sniping

"As the new concealable subsonic / supersonic suppressed sniper system (CS5) from McMillan shows, the solution could be subsonic."
Dedicated urban sniping, however, can call for something different again. Accuracy and penetration both remain an issue, but other demands, such as stealth and concealability, often also come into play.
While many 'standard' sniper rifles feature sophisticated sound suppressor systems, muzzle brakes and flash hiders, the added length and bulk they typically introduce tends to make the weapon too cumbersome and unwieldy for confined built-up areas. As the new concealable subsonic / supersonic suppressed sniper system (CS5) from McMillan shows, the solution could be subsonic.
There is nothing new about subsonic ammunition of course, or the idea of a sniper rifle designed to fire it. The aptly-named DSR-1 subsonic and Russian bullpup VKS, for example, were both devised a decade or more ago, and like the McMillan CS5, both are magazine-fed, bolt actions. Elsewhere, however, it introduces a few new twists.
Designed with extensive input from elite army units, CS5 is a purpose-made, compact and concealable precision tactical rifle that breaks down into a highly portable 60cm (23.5 inches) package, once its infinitely adjustable stock and sound suppressor have been removed.
Equipped with a precision Anschutz trigger and capable of delivering 0.75 minute-of-angle accuracy, with both the company's own 200 grain subsonic load and full-power, match grade ammunition, the CS5 can fill either the role of a dedicated subsonic weapon or traditional sniper rifle, as operational circumstances dictate.
Defence procurement is a notoriously unpredictable thing, but even if the CS5 does not ultimately join the likes of the DSR-1 and the VKS on the inventories of the world's specialist military and police units, it would be surprising if some of the thinking behind it does not influence the rifles which do. Equally, it seems, the lessons learnt from complex challenges in Afghanistan will be helping to shape the sniper's art, and equipment, for some time to come.

domingo, 12 de febrero de 2012

Héroes olvidados, Sargento Adelbert F. Waldron.


Siempre que se habla de francotiradores americanos, el primer nombre que sale a la palestra es el del célebre Carlos Hathcock, todo un ejemplo para sus compañeros tanto dentro como fuera del campo de batalla. Sus 93 muertes confirmadas le sitúan como uno de los snipers más eficaces de la historia de Estados Unidos. Sin embargo, existe un tirador frecuentemente olvidado cuya cifra de bajas confirmadas supera a la del legendario Hathcock. Se trata del sargento del US Army Adelbert F. Waldron, quien durante su estancia como tirador selecto en las Fuerzas Armadas estadounidenses logró acabar con la vida de un total de 109 enemigos, la cifra más alta que un francotirador americano ha conseguido en la historia de Estados Unidos.
Waldron sirvió en el ejército de EEUU durante la guerra de Vietnam, concretamente en la9ª División de Infantería. En el país asiático permaneció tan sólo 8 meses, pero en este corto periodo de tiempo logró hazañas realmente asombrosas, como abatir a un objetivo a una distancia de más de 900 metros y disparando sobre una plataforma móvil. Sin embargo, a pesar de todos sus méritos y las numerosas distinciones militares recibidas,Bert Waldron es un absoluto desconocido para la mayoría de aficionados al tiro con rifle a larga distancia. Un héroe anónimo cuyo indómito y rebelde carácter terminó por alejarle de la primera línea.
Adelbert Waldron nació en el año 1933 en el seno de una familia humilde. Sus padres se divorciaron cuando Waldron era tan sólo un niño, una situación que el francotirador más prolífico de la historia de Estados Unidos nunca llegó a superar. Completamente falto de afecto y cariño, el pequeño Adelbert se pasaba largas horas cazando en los bosques de Baldwinsville (New York). Dicen quienes mejor le conocieron, como una de sus tres mujeres, Betty Waldron, que aquella infancia, marcada por la soledad y su relación con las armas de fuego, definió toda su vida posterior. En 1956 Waldron ingresó en la Marina estadounidense (US Navy), donde permaneció cerca de 12 años.
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Entrenamiento de tiradores selectos de la 9th División de Infantería del US Army
El 7 de mayo de 1968 decidió cambiar de destino y se enroló en el Ejército de Tierra (US Army), y una semana después, el 14 de mayo, empezó su formación y entrenamiento en Fort Benning (Georgia). Erigido como Sargento, el 4 de noviembre de ese mismo año aterrizó en el sur de Vietnam, concretamente en la 9ª División del Regimiento de Infantería. La unidad de Waldron fue la que más operaciones llevó a cabo en el delta del Mekong, uno de los territorios más hostiles y con mayor número de insurgentes de toda la guerra de Vietnam. En este peligroso escenario, donde prácticamente a diario cada soldado americano se enfrentaba cara a cara con la muerte, Waldron sacó lo mejor de sí mismo: una increíble pericia en el manejo de su rifle y una asombrosa precisión para realizar disparos a larga distancia.
Grandes condecoraciones
Antes de comenzar sus primeras escaramuzas, Waldron se apuntó como voluntario a un programa de 18 días de entrenamiento para tiradores selectos que impartía el Mayor Willis L. Powell en el propio Vietnam. Una vez completado el curso, y habiendo demostrado ser un excelente tirador, llegó el momento de demostrar su eficacia en el campo de batalla. Así, durante la primera mitad de 1969, el Sargento Waldron consiguió acumular un total de 109 bajas confirmadas en el bando del Viet Cong, una cifra récord que le valió para obtener algunos de los galardones más prestigiosos concedidos por el Ejército norteamericano.

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sábado, 4 de febrero de 2012

Evaluación del Juan Carlos I



Unas fotos de la evaluación operativa del Juan Carlos I llevada a cabo con los Chinook.
Buena caza.

lunes, 30 de enero de 2012

Un disparo lejano. 1909 Campaña del Rif.

La verdad es que viendo los materiales que utilizamos en nuestro tiempo para fabricar nuestras armas, nuestras ópticas y nuestras municiones añade más valor si cabe, a acciones como las realizadas por los soldados españoles en el verano de 1909 durante la denominada "Campaña del Rif". Digo esto porque los que no dedicamos a "pegar tiros", aunque suene poco aceptable para algunos (políticamente hablando). Nos enorgullece conocer que camaradas nuestros en combate han realizado disparos realmente difíciles, en tiempos en  los que las "ayudas tecnológicas" no existían. Para ello os aconsejo leer el artículo "Un Francotirador español en África" del número 16 de la revista Ares.
Mientras intentáis buscar el artículo os haré llegar alguno de párrafos más interesantes:

"Corría el día 25 de agosto de 1909 cuando una compañía del Batallón de Llerena se hallaba apostada en la posición llamada El Lavadero que era constantemente hostigada por tiradores rifeños apostados en las alturas de Benimar. Ese día, un joven Capitán, entre nervioso y cabreado por el constante paqueo, divisó a lo lejos uno de los tiradores apostados y pidiendo el fusil,uno cualquiera,al azar, de uno de sus soldados apuntó, disparó a una enorme distancia y acertó en el blanco. Sus soldados, con esa confianza que da el compartir trinchera,estaban espectantes, quizás la mayoría considerando imposible el disparo, esperaba que el Capitán fallara para reírse un poco, respetuosamente claro. Cuando, tras unos segundos del disparo, vieron caer al moro que hacía de blanco. "El Capitán había dado a aquel cabrón"."

En este interesante artículo de Jaime Latas Fuertes se marca dicha distancia en 1500 metros y que el disparo impacta en la cabeza del moro. Indudablemente hay referencias en la prensa de la época como la acaecida en el Heraldo de Aragón donde el Capitán Valenzuela comenta:

"En una de las agresiones a la posición de Lavadero donde nos encontrábamos,vi un moro que hacía fuego a 1500 metros de distancia. Pedí un fusil, afine bien la puntería y le metí un tiro en la cabeza. Todo esto no demuestra mi valor, porque yo estaba a kilómetro y medio de los moros;lo único que prueba es que no tengo mala puntería".

Espero haberos puesto los dientes largos  y que podáis disfrutar del resto del artículo. Donde se relatan más acciones como la del Cabo Hermenegildo Castero Ruiz quien mata a dos moros de un solo disparo.
Buena caza.

jueves, 19 de enero de 2012

¡Los tiros en su sitio!


Os hago llegar un artículo muy interesante de ese gran instructor de arma corta que es Cecilio Andrade.
 "Actualmente, la sociedad impone una especie de tabú a la hora de hablar de la vida humana, por lo que, generalmente, nuestros blancos de entrenamiento son abstractos y carecen de los detalles suficientes como para entender dónde o por qué estamos emplazando un disparo. Es muy difícil, por no decir imposible, encontrar blancos de entrenamiento en los que vengan reflejados el cerebro, la espina dorsal, los riñones o las arterias, a pesar de que, verdaderamente, esos son nuestros verdaderos objetivos. Y no la simple silueta negra que no refleja nada.
El concepto del emplazamiento del disparo cobrará importancia en el momento en el que busquemos que nuestro objetivo quede incapacitado de forma instantánea, o bien queramos lo contrario. Un tirador táctico (del tipo que sea) necesita aprender la exacta localización de esos puntos de impacto, de tal manera que pueda emplazar su disparo correctamente, sobre
todo en los casos de secuestros o simplemente de personal hostil reteniendo a personas inocentes. De igual modo, se debe saber dónde emplazar el disparo en un sujeto que está parcialmente oculto o protegido por un chaleco antibala (o saber esperar a una mejor exposición del blanco). Estos conocimientos son especialmente importantes para tiradores de unidades de elite, aunque nunca está de más su conocimiento por parte de los tiradores en general, que se pueden enfrentar a cualquier situación similar en cualquier momento.
¿Cómo es de rápida la incapacitación “instantánea”? 
Casi cualquier impacto de fusil y pistola que penetre en la cavidad craneal matará al individuo. Pero la cuestión es con qué rapidez lo
hará. Estamos hablando de cavidad craneal, no de la cabeza en general. Esto es porque cerca de dos tercios de la cabeza están formados por tejidos y huesos que, a no ser que se produzca una herida demasiado seria (metralla, etc.), no se producirá necesariamente
una incapacitación instantánea. Pero los proyectiles que alcanzan la cavidad craneal, generalmente llevan a resultados críticos. El tejido del cerebro es relativamente maleable y líquido, es decir, un medio idóneo para transmitir la cavidad temporal. Como el cráneo es un compartimento sellado,es la única parte del cuerpo humano que puede “explosionar” violentamente como si fuese un tetra-brick de leche que se pisa con fuerza. Esta es una observación gris, pero verdadera. Los disparos precisos, como son los disparos a la cabeza, requieren puntos de referencia muy claros para conseguir los resultados más efectivos y rápidos posibles, más rápidos si cabe que la llamada “incapacitación rápida” que aquí distinguiremos de la “incapacitación instantánea”. Pero, ¿qué rapidez tiene esa incapacitación instantánea?
Esta incapacitación es más rápida que la presteza con la que el cerebro del objetivo pueda decidir disparar y mandar el impulso nervioso a su dedo índice. Nuestro proyectil va a ser el elemento que “interfiera” esa señal cortando el camino de ese sistema nervioso.
Podemos, incluso, computar lo rápido que esto ocurre. Así, por ejemplo, un proyectil de 7,62x51mm tarda aproximadamente 0,12 segundos para recorrer una distancia de 100m hasta un objetivo, añadiéndole 0,0000516 segundos (media millonésima de segundo) para atravesar el centímetro que hay desde la piel hasta la columna vertebral del blanco. Debemos contrastar esto con los 10 ó 15 segundos en los que un objetivo puede mantener la consciencia después de haber recibido un impacto en el corazón.
Un disparo efectivo contra el sistema nervioso central (SNC) requiere un impacto en la espina dorsal, sobre la cruz de los hombros, a través del “tallo del cerebro”, o en el sistema motor nervioso, situado a los lados de la cabeza. El sistema motor nervioso lo encontraremos aproximadamente 1 centímetro por encima de las orejas, justo debajo de la nariz y en el cuello. El disparo de frente puede causar problemas debido a que los dientes y los diferentes huesos pueden hacer que el proyectil no llegue al punto deseado. Pero, realmente, ¿cuál es la distancia máxima para intentar disparos al cerebro o al SNC? Una cavidad craneal humana típica puede tener unos 18cm de largo, 14 de ancho y 10 de alto. Si somos tiradores con agrupamientos de 1 MOA, ese agrupamiento equivaldrá a 12cm a 400m. Esa será la distancia máxima a la que debemos intentar un disparo a la cabeza del objetivo, por supuesto, tendido y con apoyo y teniendo en cuenta que a esa distancia y contra ese tipo de blanco un error (miss) es aceptable. Ahora bien, para asegurarnos debemos centrarnos en la distancia de 300m para abatir cabezas. Más aún, si nuestro disparo va a estar emplazado en la espina dorsal, riñones, hígado, o en el SNC, deberíamos pensar en reducir la distancia teniendo en cuenta que a una distancia de 200m batir precisamente ese tipo de puntos requiere que uno sea un tirador excepcional y que lleve su arma y su munición al límite de sus posibilidades.
Tácticamente, si no podemos hacer fuego a 200m para impactar en el SNC del enemigo, se disparará al torso teniendo en cuenta que esto no significa, necesariamente, una incapacitación rápida ni instantánea. 
En resumen, y tomando como base todo lo anterior, cada tirador debe ser consciente de su nivel de tiro y adiestramiento y saber y tener en cuenta que, después de una infiltración y de un acecho, las condiciones de tiro o se entrenan o variarán muchísimo. Todo se debe entrenar en los periodos de adiestramiento y no dejar nada a la improvisación.
Mientras unos tiradores tendrán como límite para disparar a la cabeza 200m, otros podrán tenerlo a 300 o aventurarse, siempre basándose en pruebas anteriores, a 350, 400 metros, o más.
Ubicación de los disparos y sus efectos
Un disparo al centro del pecho del blanco impactará en un “entorno rico en objetivos”, que llevará al enemigo, la mayoría de las veces, a una incapacitación rápida. Se puede observar que la mayoría de los objetivos se encuentran alrededor del centro del torso, incluyendo el corazón con sus arterias, la espina dorsal, justo detrás del corazón, y otros elementos tales como hígado, estómago o riñones, aparte del cuello.
Un impacto en el corazón, obviamente, causará una seria pérdida de sangre que derivará en desmayo y posterior muerte, a los 10 ó 15 segundos. Un impacto en la espina dorsal es un impacto en el SNC con incapacitación instantánea y posible muerte. Un impacto en el hígado provocará una pérdida rápida de sangre, teniendo un efecto similar al impacto en el corazón. El tejido blando del hígado es especialmente vulnerable al daño producido por la cavidad temporal, significando que un error (miss) cercano también le puede hacer daño. Más abajo del torso tenemos los riñones, probablemente los órganos que más sufran por la más ligera herida, y que pueden incapacitar al enemigo. Al igual que el hígado, su textura blanda hace que sean dañados por la cavidad temporal del impacto. Las arterias son también buenos objetivos, especialmente la femoral, que recorre la parte interior de las piernas, y la carótida, en el cuello. Como el cuello también contiene la espina dorsal, se convierte en un buen punto
de impacto.
Los impactos a los lados del objetivo son un caso especial desde el momento en que los huesos de los brazos pueden parar el impacto, especialmente si hacemos fuego con un 9mm o un 5,56mm. Los brazos también pueden desviar los proyectiles hacia cualquier punto del torso. Esta situación es la idónea para impactar en el cuello o en los riñones si estas zonas están a la vista, pero tácticamente, y teniendo en cuenta que el perfil de un individuo es más estrecho que su frente, se podría considerar esperar a que el objetivo se dé la vuelta, mostrándonos su frente o su espalda.
Los impactos en los pulmones son también de interés, aunque no necesariamente causan un sangrado grande o inconsciencia, pero sí causarán dificultades respiratorias que limitarán la movilidad del enemigo, así como un gran dolor que reducirá su efectividad. Por último, los impactos en los huesos causan un dolor tremendo e inmovilidad, pero es bastante difícil impactar en ellos a propósito."
Es un artículo tremendamente interesante, muchos Tiradores profesionales asistimos a teóricas de balística de efectos y hasta realizamos sesiones de efectos. Las cuales nos enseñan un montón de cosas pero en este artículo quedan reflejadas (sin resultar nada ofensivas) muchas de esas conclusiones.
Buena caza